Este experimento social en el cual unos personajes, detrás de una pantalla de `rayos X´ en la que el público solo puede ver sus esqueletos, se besan y abrazan. Y solo cuando los personajes se ponen delante de la pantalla, el público sabe si se trata de hombre o mujer, negro o blanco, mayores o jóvenes.
A través de este video han querido mostrar como detrás de nuestra cualidad más superficial todos somos iguales. En el fondo de nuestro ser no existen ni razas, ni género, ni prejuicios, ni edad, ni religiones; por encima de todo eso predomina el amor, el amor que podemos sentir hacia los demás seres humanos, sin importar nada.
El amor es el idioma más universal que existe y no debemos solo fijarnos en lo superficial, debemos fijarnos también en el interior de la persona, en lo que pueden aportarnos y aportar a la sociedad, en su sabiduría, en su inteligencia. Muchos estudios han demostrado que la raza no hace ni inferiores ni superiores a las personas y sin embargo hoy en día, de cara a lo laboral se sigue teniendo en cuenta en color de la piel o el lugar de procedencia.
Dejemos atrás los prejuicios y empecemos a disfrutar de las personas.
Por motivos informáticos, no he podido subir la "entrada semanal" correspondiente a la semana pasada en su fecha.
Disculpen las molestias.
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